Si bien todavía existe alguna
discusión entre los expertos sobre la necesidad de la sombra para el cultivo
del café, es preciso indicar que la tendencia moderna es hacia la no
utilización de plantas de sombra, y la inmensa mayoría de las nuevas
plantaciones son efectuadas sin esta. Es un hecho comprobado que el café
produce invariablemente mayores rendimientos sin plantas de sombra. Hay que hacer
notar, por otra parte, que en el caso particular de utilizar plantas de sombra
tendrían que: a) ser productivas, b) poseer similares necesidades de agua y
nutrientes ya que de otro modo se originaría un desequilibrio entre el café y
estas plantas.
En el caso de utilizar sombra
debemos anotar que, en general, el café necesita menos sombra cuando el suelo
es mejor y cuando la humedad del aire es más alta. El efecto de la sombra es
indirecto, pero está de acuerdo con el comportamiento ecológico de las plantas
de café. Por esta razón es necesario que la poda de los árboles de sombra, en
aquellas regiones en donde las condiciones del tiempo cambian apreciablemente a
través del año, se regule de tal manera que haya más sombra durante los meses
secos y menos durante aquellos meses más húmedos. Esto generalmente significa
que la operación de la poda siempre se debe llevar a cabo varias veces al año.
En una buena finca cafetalera la primera poda o sea la poda principal, se puede
dar al principio de la temporada húmeda, con ligeras podas posteriores de
acuerdo con la intensidad de la lluvia y tomando en consideración los nublados
imperantes.
Las plantaciones de café arábigo en
elevaciones altas invariablemente requieren menos sombra que las que se sitúan
más abajo. De hecho, se pueden obtener regularmente buenos rendimientos de café
en suelos ricos que se encuentren en altitudes elevadas sin sombra, excepto en
los lugares donde existe la posibilidad de las heladas, en cuyo caso resulta
necesaria una cubierta protectora relativamente densa.
Una revisión del aspecto de la
sombra del café revela que no hay base razonable o hecho observado para la
creencia de que la sombra es una necesidad general para la planta de café, aun
cuando se le cultive en altitudes bajas. Por el contrario, es probable que los
efectos benéficos que resultan de la sombra estén aparte de la sombra
proyectada sobre el árbol de café mismo, sino que más bien consisten en una
protección contra la sequía, la erosión y el viento. La plantación de árboles de
sombra en aquellas regiones en que los árboles de café no están sujetos a
condiciones climáticas perjudiciales, está justificada por la fertilidad
aumentada impartida al suelo por medio de los procesos de fijación del
nitrógeno llevados a cabo por los nódulos de las raíces de los árboles
leguminosos generalmente plantados.
El
espaciado y la cantidad de poda dada a los árboles de sombra en las
plantaciones de café, depende en particular de la especie y de la localidad
consideradas. Generalmente los árboles más grandes se deben espaciar a una
distancia de 10 a 12 m, mientras que los más pequeños, como Leucaena, se
siembran mucho más cerca. Donde se necesita la protección del viento, se pueden
plantar setos vivos.
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