Existen dos aspectos principales que hay que
tomar en consideración en cuanto a la poda del café: primero, la formación de
los árboles jóvenes para construir una estructura vigorosa y bien balanceada
con buenas ramas de fructificación, y segundo, el rejuvenecimiento periódico de
la ramas de fructificación, a medida que envejecen y dejan de producir.
La formación se empieza poco
después de que las plantas obtenidas de semilla o las clonales, se trasplantan
en el campo. Con el café arábigo existen dos tipos de formación, como árboles
de un solo tallo o como árboles de tallos múltiples. Un sistema mixto permite
que crezca un solo tallo principal hasta una altura de 1,35 a 1,50 m, altura a
la cual se poda para evitar su posterior extensión hacia arriba. Las ramas
secundarias y terciarias que empiezan desde el tallo principal y las ramas
principales laterales se podan para proporcionar el espaciado uniforme y para
que la luz llegue a toda la superficie productora.
El método general más usado para la
formación del café en África y en todo el resto del mundo es uno de los
sistemas de tallo múltiple. Casi cada país ha desarrollado una o más variantes
sobre dos patrones generales. Los árboles se pueden cortar cuando tienen más o
menos 30 cm de altura, de nuevo a una altura mayor, de tal manera que haya de 3
a 4 tallos erectos de aproximadamente igual tamaño y fuerza formando la
estructura básica del árbol. Los otros dos sistemas generales consisten en
doblar la punta del tallo hasta que crezcan ramas erectas y el tallo principal
haya crecido lo suficiente para retener su forma doblada. Se retienen de dos,
tres o cuatro de las mejores ramas rectas, y el resto se corta. La punta de la
guía principal se puede cortar o se puede dejar crecer. en el invernadero es
una práctica común el sembrar las semillas cerca para que las plantas crezcan
altas y delgadas. Los mejores árboles se producen si las plantas con más o
menos seis pares de hojas se doblan.
Tanto con el sistema de formación
de un solo tallo o uno múltiple, es necesario el rejuvenecimiento periódico de
los árboles, para mantenerlos en condiciones de producción vigorosa.
La
mejor época del año para podar a los árboles de café es poco después de la
cosecha, puesto que la mano de obra es abundante entonces y las plantas así
tienen tiempo de recuperarse antes de la siguiente temporada de floración.
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