La temporada en la cual las bayas
de café maduran y están listas para la cosecha varía de acuerdo con las
condiciones del clima y el suelo, con las prácticas de cultivo y, por supuesto,
con la especie. Donde existe un solo período seco más o menos bien definido, el
café puede madurar como una sola cosecha; si la temporada de lluvias está
bastante bien distribuida, pueden madurar de dos a tres cosechas con intervalos
durante el año. La temporada puede extenderse de desde unas cuantas semanas a
varios meses, aun dentro de un medio ambiente ideal para el cultivo del café.
La calidad comercial de los granos
de café resulta profundamente influida por la forma en que se cosechan y
benefician los frutos. Mientras más maduros sean los frutos cuando se recolectan,
más elevado será el grado del grano. En forma ideal, las bayas de café se deban
cosechar cuando están de color rojo oscuro, sin vestigio alguno de restos
verdes. Donde hay disponible suficiente mano de obra y se desea café de calidad
selecta, los árboles se recolectan varias veces, recogiéndose solo las bayas
plenamente maduras. Desafortunadamente el café arábigo y, en cierto grado el
robusta, tienen la desventaja de tirar su fruta después de que ha madurado más
allá de cierto punto.
Los
rendimientos varían según los países, entre los 2400 y los 21500 kg de
café de baya por hectárea.
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